Historia de China, Historia Universal

Tan Yunxian, médica y autora en la Dinastía Ming.

Soy Tan Yunxian (1461-1554)

Nací en la provincia de Jiangsu, en el año occidental de 1461.

Os voy a contar mi historia, una historia oriental…

La luz acariciaba, por primera vez, mis pupilas, derramando el inmenso don de colores del arco-iris, el sol me da la bienvenida a la vida, mi vida que no es más una crisálida que eclosiona…

Crecí bajo la dinastía Ming, penúltima dinastía que gobierna China. Ming significa brillante, claro, luminoso y es lo que hizo esta dinastía de China, la civilización más desarrollada de su tiempo.

Mi vida era sencilla, era una niña que aprendía a caminar mirando de reojo el quehacer de mis abuelos, ambos médicos…

Todos nacemos con, al menos, un don, nuestro deber es descubrirlo y ponerlo al servicio de nuestra comunidad.

Mi don es sanar el cuerpo y el alma de quienes padecían enfermedad.

El acceso a los conocimientos médicos dependía de la clase social y la educación, los conocimientos se monopolizaban y se concentraban dentro del clan familiar.

Las familias transmitían los conocimientos a sus hijos, sí, varones, o a sus nueras, el concepto del saber se circunscribía a la familia, y las mujeres al casarse podían llevar esos conocimientos a otras familias.

Eran pocas las mujeres que podían tener acceso a un aprendizaje y ninguna nunca pudo asistir a una escuela de medicina, esto en ninguna dinastía.

Las mujeres adquirían el conocimiento a través de la experiencia y la familia, este fue mi caso, en los que el enorme amor que mis abuelos sentían por mí hizo que se propusieran alimentar mi vocación y transmitirme sus conocimientos médicos.

Las mujeres estaban especializadas en las técnicas médicas, aunque raramente hicieron aportaciones técnicas, estaban prohibidas,

A mí eso no me importo, yo las hice.

Como es mi deber de mujer, siguiendo las reglas de las tres obediencias: contraje matrimonio, y daré a luz 4 hijos.

Todo se ensombrece en la enfermedad, todo se vuelve opaco cuando te acercas al final de los días… mi enfermedad fue tan grave que nadie pensó que sobreviviría, lo logré… y de nuevo la luz brilló, esa luz sana, esa luz que alumbraba mi don, mi camino y mi forma de practicar la medicina.

Me dedique a habitar un mundo al que llaman “enfermedades de mujeres”, con la ayuda de mi abuela, de la que heredo sus recetas y su instrumental, asistí a las mujeres en sus dolencias.

Mi abuela cuestionaba las enseñanzas médicas clásicas, ello, y la tenacidad, determinación y deseo de superación, me convirtieron en la médica que soy.

La dinastía Ming estará marcada por la doctrina de Confucio, que se vuelve aún más conservadora, en ella las mujeres poseían un estatus muy bajo.

No podíamos ser aprendiz de un médico experimentado como lo hacían los varones,

A mí no me importó, trabajé de enfermera en las clínicas, de donde extraje experiencia y conocimientos.

Los médicos no podían tocar a los pacientes, y en el caso de las mujeres, ni siquiera podían hablar con ellas, el hombre de la casa, padre, marido o hijo debía explicar los síntomas que le aquejaba.

Los médicos, por tanto, eran menos capaces de diagnosticar acertadamente en las “enfermedades de mujeres” y tenían menos opciones de tratamiento para sus pacientes.

Y todo lo que sana nos los ofrece la tierra, en su piel nos aguarda pacientemente todos los remedios, prescribo plantas medicinales, amargas, que equilibraran el qi de los órganos.

Realizaba la moxibustión, quemando moxa o artemisia seca en puntos concretos del cuerpo.

Similar a la acupuntura y estimula la circulación de qi.

Como el físico que aplicaba moxa tenía que tocar a los pacientes, los doctores no podían aplicar este tratamiento en mujeres, que yo lo podía hacer.

Mi mayor destreza me produjo fama inagotable, pero la fama trae pacientes importantes, emperador, nobleza, comerciantes y también, los recelos, envidias…

Es una época difícil, limitada, para las mujeres, o son todas las épocas difíciles, en las que no se les permitía ir a la escuela primaria, leer y escribir, poseer propiedades, ocupar cargos públicos o, …

Yo ignore esas reglas, normas y prohibiciones, fui consciente que una mujer no podía publicar y que nadie haría hueco en sus estantes a mis escritos, pero yo quería transmitir mis conocimientos sobre medicina a las mujeres.

A mis 50 años, recopile 31 estudios de casos y los ordene en mi “Dichos de una doctora”.

Sin inmutarme, sin importar las consecuencias, y con la ayuda de mi hijo que me corto los bloques de árboles para la impresión, y que yo misma los imprimí para todas las mujeres, para quien deseé mis conocimientos y para la posteridad.

Consciente que mis estudios aumentan la calidad de la atención a las mujeres al recibir un tratamiento específico, ese conocimiento no podía diluirse, ni perderse.

Soy una anciana de 93 años, agradecida y en paz, las sombras van cayendo sobre mí, obligan a mis ojos a entornarse y observar por última vez, mientras me dejo adormilar para siempre.

He vivido tanto, he sobrevivido a todos los que he amado y que a su vez me han amado, sin embargo, he dejado una huella imborrable, un don que compartir…

Las mujeres aguantan la mitad de la historia, aunque no siempre estamos en la mitad que se enseña…

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8 comentarios en “Tan Yunxian, médica y autora en la Dinastía Ming.”

  1. ¡Me ha encantado! Me llamo Teresa, soy la directora de una pequeña escuela de chino en Granada y una alumna me pasó el blog. En nuestro Instagram compartimos muchas cosas sobre la cultura china y últimamente estábamos tratando el tema de la medicina china. Me ha gustado mucho conocer a esta mujer y te quería preguntar si me darías permiso para compartir el texto en nuestro Instagram. Por supuesto citando el blog y la autoría del texto.

    https://www.instagram.com/centrodeestudioschinos/

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    1. Por supuesto que si, compártelo todo cuanto quieras, nuestra intención es compartir lo que estamos investigando, tenemos más mujeres orientales, aún tenemos que documentarnos más, pero si quieres te hacemos llegar sus nombres, estamos muy agradecidas. Un beso para ti y para tu alumna.

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